Raro es no ver a una modelo pasear entre bambalinas con sus cascos de música, su libro bajo el brazo o su 2.55 a cuestas. Pero más raro sería una colección de Agatha Ruiz de la Prada sin color o sus ya característicos estampados. No, nada ha cambiado y la apuesta a todo color la ha vuelto a dictar la diseñadora madrileña.
Mejillas y pómulos bien marcados, cejas teñidas de fucsia, labios perfilados y coloreados del mismo color y, como remate final, pelucas pop fucsias con forma triangular, cardadas al máximo y con flequillo liso fue el "beauty look" elegido para las modelos. Una propuesta para el próximo invierno que, como ya es costumbre, no dejó indiferente a nadie.
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