Pasan las ediciones y ella siempre me impresiona. No necesita excesivas extravagancias ni puestas en escena arriesgadas para gustar. Triunfa siempre con su punto canalla y rockero, sus románticos diseños y la feminidad que desprenden cada una de sus prendas.
Helbig deja con esta colección, constancia de que las tendencias que marcaron los años 20 están hoy en día más vivas que nunca. Ella en concreto, se inspira en los clubs nocturnos de Jazz de esa década.
Para la diseñadora, el frío no es sinónimo de colores tristes y apagados. Aunque el negro no puede faltar en una colección invernal, el fucsia, el nude y el verde esmeralda, visto en llamativos vestidos, han sido los protagonistas a lo largo de todo el desfile. Mucho cuero, piel, seda, gasa, terciopelo, combinaciones de tejidos, transparencias, shorts de talle alto y estolas. Para la noche vestidos en tonos nude bordados en pedrería.
En cuanto al calzado, todas las modelos lucían botas cowboy arrugadas, largas melenas onduladas y ojos ahumados.
